Aprobamos Convención Constitucional

Fecha de publicación: 2/09/20 a las 21:47. Categorías: Contingente, Declaración

Última actualización: 2/09/20 a las 21:49

A saltar todos los torniquetes

Los administradores de la miseria creen que firmando acuerdos pueden dirigir las formas de un proceso constituyente que es popular, plurinacional y feminista. Se niegan a reconocer que en realidad este proceso se abrió de manera irreversible. Nosotras no somos las que éramos antes de octubre y este país nunca volverá a ser el mismo. Nos reconocimos en la revuelta, experimentamos la confianza de sabernos millones al mismo tiempo y en todas partes y es en este andar que nos hemos constituido como pueblos en lucha. No permitiremos que otros nos hagan olvidar la potencia de lo que hemos logrado al encontrarnos. 

No nos hemos soltado y seguimos en revuelta. Hace dos años nos llamamos a levantar un feminismo que hablara de la vida toda y de cómo deseábamos transformarla radicalmente, a unirnos desde nuestra diversidad y a abrir un proceso de lucha en alza. Como secundarias, trabajadoras, abuelas, nietas, madres y las que no quieren serlo, lesbianas, mujeres cis y trans, pobladoras, universitarias, mujeres mapuche, migrantes, jubiladas, endeudadas y precarizadas nos llamamos a pasar a la primera fila, porque nuestras vidas son un problema político que está en el centro de la injusticia y porque a la segunda fila no volvemos nunca más. Lo dijimos entonces, lo volvemos a decir hoy, no volveremos a la normalidad neoliberal porque esa normalidad siempre fue el problema.

Hoy tenemos el desafío de seguir diciendo todo lo que queremos decir en el contexto inédito de un plebiscito que va a abolir la constitución de Pinochet. Es en este escenario que hemos abierto en las calles y plazas, que nos toca actuar. Este nunca fue nuestro acuerdo, pero tampoco es el acuerdo que ellos buscaban. Erráticos, incapaces de gobernar el presente y el futuro, los precarizadores se dividen entre la táctica del Apruebo y los métodos fascistas y racistas desplegados por quienes defienden la posición del Rechazo. Por distintos caminos se proponen defender lo mismo: un sistema y un modelo basado en la explotación y en la devastación de cuerpos, comunidades, aguas y territorios. 

Nosotras en cambio, vamos decididas hacia la vida que nos deben. Sabemos que el proceso constitucional es apenas un momento -aunque uno importante- en un escenario de disputa mucho más amplio y abierto. Nuestras vidas no caben en su acuerdo y por eso irrumpimos donde no nos quieren; porque estamos en todas partes, porque vamos a seguir diciendo NO+ a esta vida precaria, a la violencia patriarcal que lo atraviesa todo, a la competencia con que quieren gobernar nuestras vidas, a las deudas que nos asedian, a la impunidad que hoy enfrentan las y los cientos de víctimas de trauma ocular, a las políticas racistas y coloniales del Estado, a los abusos de 30, 47, 500 años impuestos por una minoría. 

Como Coordinadora Feminista 8M Aprobamos Convención Constitucional en el plebiscito del 25 de octubre. Aprobamos en plural y en primera persona, porque esta tarea no es individual y porque en el plebiscito demostraremos al igual que en la Huelga General Feminista que juntas somos históricas. Asumimos la necesidad de desbordar todo, para continuar abriendo este proceso imparable y para saltar cada uno de los torniquetes que nos impongan. Aprobamos sin engañarnos y sin llamar a nadie al engaño. Tal como nos lo impusieron, este proceso constitucional será incapaz de recoger las aspiraciones de los pueblos en revuelta. Por eso no nos subordinamos a los términos de un pacto que impugnamos, nos sumamos desobedientes y deseantes de subvertir sus cálculos, de hacer posible lo que ellos piensan improbable.

Aprobamos en plural la libertad de los y las presas políticas de la revuelta y aprobamos la libertad de los presos políticos mapuche. Aprobamos la devolución de las tierras usurpadas, la desmilitarización del Wallmapu, de Chile y el fin del toque de queda. Aprobamos verdad, juicio y castigo a los responsables materiales y políticos de la violación sistemática a los Derechos Humanos y aprobamos que de una vez por todas se vaya Piñera y su gobierno criminal.

Aprobamos en plural para tensar los límites del proceso. Aprobamos una Convención Constitucional sin veto de minoría, sin restricción para la participación de dirigentes sindicales y vecinales, con escaños reservados y paritarios para los pueblos originarios y sin amarres, en la que podamos discutirlo todo partiendo por los Tratados de Libre Comercio y el TPP-11. Aprobamos la participación popular directa en la Convención Constitucional, multitudinaria y diversa como la revuelta misma, sin delegar nuestra capacidad de decisión, sino ejerciéndola directamente.

Aprobamos en plural el programa feminista contra la precarización de la vida construido entre miles.  Aprobamos fin a las AFP y un Sistema de Cuidados plurinacional, único y comunitario. Aprobamos aborto libre, legal, seguro y gratuito, educación no sexista y Educación Sexual Integral. Aprobamos la derogación del Código del Trabajo y del Código de Aguas de Pinochet. Aprobamos la consagración constitucional de los derechos de la Ñuke Mapu. Aprobamos el derecho a migrar y el acceso a todos los derechos a las personas migrantes y refugiadas. Aprobamos reconocimiento constitucional de niñas, niñes, niños y jóvenes como sujetos de derecho y como sujetos políticos.

Aprobamos con el objetivo de mantener abierto el proceso inaugurado el 18 de octubre y desbordar, mediante la movilización, los términos que una minoría impugnada pretende imponer. Aprobamos buscando transformar la Convención Constitucional en una Asamblea Constituyente feminista, plurinacional, libre y soberana.

Aprobamos para defender el proceso constituyente inaugurado en las calles, las protestas, las asambleas y las barricadas, proceso que no comienza ni termina el 25 de octubre. No lograrán con sus acuerdos cerrar lo que hemos abierto, porque este proceso se abre cada día más, en cada asamblea, en cada cabildo, en cada olla común, en cada muestra colectiva de solidaridad, en cada cacerolazo. Es por ello que Aprobamos la Convención Constitucional  levantando una franja propia y sumándonos a los comandos y plataformas que se han autoconvocado en múltiples territorios con autonomía de los partidos. 

No delegaremos en otros la continuidad del estallido social, no esperaremos que otros nos digan por qué nos hemos levantado ni qué es lo que viene ahora. La revuelta se ha cocinado a fuego lento y a fuego amargo. Está hecha de historia y de historias. Este hito político no se lo debemos a nadie, no es regalo ni favor, es resultado de esta lucha presente y también de todas las que le han antecedido y que heredamos como memoria de rebeldía y de futuro.

Nos llamamos a sostener la revuelta y el deseo profundo de otra vida, de un horizonte que seguimos dibujando y transformando a muchas manos y voces. Nos llamamos a organizarnos, a no soltar la movilización, ni las calles, ni la radicalidad de nuestra impugnación, ni la denuncia frente a la impunidad. Nos llamamos a no callar, a no bajar la mirada, ni perder la confianza en nuestra propia fuerza. Nos llamamos a cuidarnos entre nosotras y a saltar todos los torniquetes juntas, juntes, sin miedo y sin  permiso.  

Somos tantas, Somos históricas, Somos+ 

Seguimos hasta que valga la pena vivir

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